Cómo elegir dónde realizarte un procedimiento estético:
claves para evitar riesgos
La demanda de procedimientos estéticos en Colombia crece cada año. Redes sociales, promociones y supuestos “expertos” ofrecen transformaciones rápidas y de bajo costo. Pero detrás de esta aparente facilidad se esconde un riesgo real: cada vez más pacientes sufren complicaciones graves por realizarse procedimientos en manos no certificadas o en lugares no habilitados.
En un país donde los centros improvisados, los productos clandestinos y los precios sospechosamente bajos se multiplican, es urgente saber cómo verificar que un procedimiento sea realmente seguro.
Verificación:
la primera herramienta del paciente
H3 – Comprueba la certificación del profesional
El cirujano plástico estético y reconstructivo Daniel Correa, con trayectoria en Colombia, lo resume en una frase:
“La seguridad de un procedimiento se define por la experiencia del médico y la calidad del lugar”.
Un profesional idóneo debe:
- – Pertenecer a la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica (SCCP).
- – Aparecer en el ReTHUS, el registro oficial del Ministerio de Salud.
- – Tener formación quirúrgica real, comprobable y certificada.
Si el “cirujano” no figura allí, no es cirujano plástico.
H3 – Revisa el lugar: no todos los consultorios son seguros
Evita espacios como:
- – Apartamentos adaptados,
- – Casas convertidas en “clínicas”,
- – Cuartos improvisados,
- – Consultorios sin habilitación.
La mayoría de complicaciones graves ocurren en lugares no autorizados.
Agenda una valoración con un especialista certificado y toma decisiones informadas. Tu seguridad no es negociable.
Desconfía de las promociones y los precios demasiado bajos
Procedimientos estéticos seguros requieren:
- – Equipos de alta tecnología,
- – Insumos de calidad certificada,
- – Instalaciones habilitadas,
- – Especialistas entrenados.
Cuando alguien ofrece “combos”, “promociones”, o valores muy por debajo del promedio, es porque algo se está sacrificando:
y usualmente es la seguridad.
No es casual que los casos más complejos provengan de centros que se venden como “económicos” o “accesibles”.

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