La otoplastia, o cirugía de orejas, es un procedimiento quirúrgico que modifica la forma, posición o tamaño de las orejas para mejorar su apariencia. Se utiliza para corregir orejas prominentes (orejas en “asa” o “en soplillo”), orejas grandes o deformidades congénitas o adquiridas.
¿Por qué realizar una otoplastia?
Corrección de orejas prominentes:
La otoplastia es más conocida por corregir las orejas que sobresalen demasiado, creando un aspecto más natural y armonioso con la cara.
Reducción del tamaño de las orejas:
También puede reducir el tamaño de las orejas grandes, mejorando la proporción facial.
Corrección de deformidades:
La otoplastia puede ser utilizada para corregir orejas contraídas, microtias (orejas pequeñas) o deformidades causadas por quemaduras, traumatismos o cirugías previas.
¿Cómo se realiza la otoplastia?
Anestesia: La otoplastia se puede realizar bajo anestesia local o general.
Incisiones: Las incisiones suelen realizarse en la parte posterior de la oreja, dentro de los pliegues, o en la parte frontal.
Modificación del cartílago: El cirujano modifica la forma del cartílago auricular para acercar la oreja a la cabeza o reducir su tamaño.
Sutura: La piel se cierra con suturas y se cubre con un vendaje.
Postoperatorio
Vendaje: Se lleva un vendaje para proteger las orejas después de la cirugía.
Banda para la cabeza: Se recomienda usar una banda para la cabeza durante algunas semanas para apoyar la zona mientras cicatriza.
Resultados: Los resultados de la otoplastia son generalmente permanentes y visibles desde el primer momento.
Consideraciones importantes:
Edad:
La otoplastia suele realizarse en niños entre los 4 y 14 años para evitar problemas psicológicos relacionados con el bullying.
Consulta con un cirujano:
Es importante consultar con un cirujano plástico para evaluar el caso y determinar si la otoplastia es adecuada.
Riesgos:
Como cualquier cirugía, la otoplastia tiene riesgos potenciales, como infecciones, sangrado o reacciones a la anestesia.
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